viernes, 8 de junio de 2012

Del Commodore 64 a los estadios de todo el mundo

Hoy vamos a explicar un ejemplo de como a veces algo aparentemente insignificante puede convertirse en  la semilla de un éxito. ¿Casualidad o teoría del caos? en cualquier caso es una curiosa historia de como una pequeña, pero pegadiza, banda sonora de un juego de Commodore 64 se ha convertido en todo un himno deportivo que se canta por los estadios de todo el mundo.

Para empezar tenemos que conocer a David Whittaker, un músico y programador inglés nacido en 1957, quien en 1984 diseñó un proyecto totalmente personal: el videojuego Lazy Jones para la plataforma de 8bit de Commodore. Aquella era una época en la que la misma persona podía ser al mismo tiempo el programador y el responsable de los gráficos y la banda sonora.



La dinámica de este juego es ágil y adictiva, y por eso revolucionó el género de plataformas. Jones se mueve por un un mundo de pasillos y ascensores entrando en distintas puertas donde encuentra una recreativa con un minijuego que hay que completar.

Pero no solo fue una revolución por el concepto, también lo fue por la banda sonora. David utilizo dos de los tres canales disponibles para crear la música, y reservó el tercero para los efectos de sonido. Ambos tocaban la misma melodía -bastante pegadiza por cierto- al unisono con una onda tipo de diente de sierra, pero ligeramente desafinadas la una de la otra. Esto crea un efecto conocido como flanger. Al ser monofónica los bajos están incrustados entre las notas principales creando un ritmo pulsante.  Esta forma de componer sitúa a nuestro protagonista -y por derecho- entre los pioneros del sonido de la música dance que se popularizaría a principios de la década de los 90, junto a Visage y su canción Fade to grey. Sin más, para entender la dinámica y escuchar el clip que estamos tratando basta ver el siguiente vídeo:

 Y para continuar enlazando con el título tenemos que hablar también de los productores de música electrónica alemanes Zombie Nation, quienes usaron la melodía en cuestión para su canción Kernkraft 400, que posteriormente se convertiría en un éxito, sobre todo en Estados Unidos. En un principio sin citar a Whittaker, a quien posteriormente en un juicio se le reconoció la autoría original. Posteriormente crearon otra versión interpretada por un coro imitando los cánticos típicos de los estadios, y el resto ya se va intuyendo..., esta nueva versión se emplea para ser coreada al unísono en eventos deportivos alrededor de todo el mundo. Especialmente para celebrar un gol. ¿Un ejemplo de esto? Entre muchos, el siguiente vídeo:

2 comentarios:

  1. Acabo de descubrir vuestro blog!! Para los amantes de la música electrónica y la informática retro ...muy bueno la verdad!!!

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